Historia
El té molido tiene su origen en la China de tiempos de la dinastía Song.
En el año 1191, el monje budista Eisai llevó el té molido al
Japón, con la introducción del budismo (Zen). Con el tiempo, el té
molido fue desapareciendo en la China, sin embargo arraigó en el Japón gracias
a las costumbres de los monasterios budistas. Más tarde, las clases altas de la
sociedad japonesa adoptaron este té, entre los siglos XIV y XVI.
Producción
La preparación del matcha comienza varias semanas antes de su
cosecha. Primero se cubren las plantas del té para ocultarlas del sol. De esta
forma se retrasa su crecimiento y se crea un color verde más oscuro en las
hojas. Con este proceso el té gana en aminoácidos, creándose así un té más
dulce.
Tras la cosecha, las hojas se colocan en una superficie plana
para su secado. El resultado se llama "tencha" (碾茶). Se les retira el tallo y las venas antes de
molerlas hasta conseguir una textura de polvo fino como el talco, de un verde
intenso, conocido como "matcha".
Solo el "tencha" molido produce matcha. Otros tés
molidos se conocen como "konacha" (粉茶).
El sabor del matcha depende de sus aminoácidos.
Las mejores calidades tienen un sabor más dulce y más intenso. Las variedades
más corrientes se obtienen de las últimas cosechas de la temporada.
Las regiones productoras del Matcha son Uji en Kioto (llamándose el
té de esta región "Ujicha"), y Nishio en Aichi (llamándose en este
caso "Nishiocha").
Preparación
Antes de servirlo, se pasa el matcha por un colador muy fino
para eliminar los grumos, ayudándose con una espátula de madera.
En
la ceremonia japonesa del té, el matcha colado se deposita primero en un
recipiente llamado "chaki".
Con
una cucharilla especial de bambú llamada chashaku se pone una
medida (una cucharadita) en el cuenco de té (llamado chawan). Se vierte un poco
de agua a unos 85ºC de temperatura. A continuación, se agita la mezcla
rápidamente con la brocha de bambú llamada chasen hasta lograr
una consistencia espumosa en la superficie. Se suele tomar sin ningún añadido,
completamente natural, aunque existen variantes. Una de ellas es el famoso
'matcha latte', con leche.1
Tradicionalmente, se sirve acompañado de un dulce llamado wagashi.
Otras preparaciones
El
"Usucha", o té ligero, se prepara con media cucharadita de matcha y
unos 75 ml de agua caliente, creándose un té más ligero y algo más amargo.
Para
el "Koicha", o té espeso, se emplea más matcha (hasta
seis cucharaditas en un cuenco agua) y se remueve la mezcla más lentamente
produciendo una mezcla más espesa, sin espuma, y que resulta más dulce. El
Koicha se sirve principalmente en las ceremonias japonesas del té.
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